Pablo Hirschmann finalmente resolvió presentar su renuncia al cargo de Secretario General del cuerpo

Difícilmente nos hubiéramos imaginado escribir en el Expreso Judicial una nota donde tuviéramos que referirnos a la renuncia del ahora  ex Secretario General del Consejo de la Magistratura, Pablo Hirschmann.

Profesor de derecho constitucional y Secretario Letrado de la Corte Suprema, fue elegido por unanimidad para ocupar el cargo en el 2001.

Desde el comienzo de sus funciones supo ganarse el respeto y reconocimiento de superiores, pares y subordinados por igual.
Desarrolló una gestión abierta y transparente en la que mostró su capacidad y tacto para manejar conflictos como los que acompañaron a las oficinas traspasadas de la Corte Suprema al Consejo de la Magistratura allá por el año 2003.

Su posición en los últimos tiempos se había tornado particularmente compleja a consecuencia de las constantes descalificaciones provenientes de uno de los estamentos de los consejeros y de la paulatina reducción de atribuciones que eran propias del cargo que ocupaba.

El punto culminante se produjo en el Plenario del 28 de febrero de este año, cuando recibió  un duro cuestionamiento de parte del Consejero-Diputado Carlos Kunkel, quien lo responsabilizó por una nota publicada por el diario La Nación, acusación que no fue respondida por Hirschmann amparándose en la cláusula constitucional que protege el secreto de la fuente periodística.

La situación prácticamente insostenible del funcionario y la posibilidad cierta que en el Plenario de este jueves (13 de marzo) se lo desplazara del cargo, llevó a que hiciera efectiva su renuncia anticipándose a una decisión que se veía venir de parte del cuerpo.

En su reemplazo el Presidente del Consejo de la Magistratura, el académico Mariano Candiotti, previa consulta con otros consejeros, propuso al Secretario Letrado  Hernán Ordiales quien jurará en el Plenario del 27 de marzo próximo.