El procedimiento ordenado por la fiscal María Valeria Massaglia se realizó en un establecimiento del barrio de Villa Crespo en el que funcionaban dos laboratorios.
El establecimiento contaba con habilitación para operar en el rubro textil, pero funcionaba como depósito de alimentos. Estaba plagado de excrementos de roedores, entre otras faltas graves.
Gracias a una denuncia anónima y a la veloz intervención del Ministerio Público Fiscal, se logró condenar a una pena de efectivo cumplimiento a un taxista que vendía droga.
Una discusión entre vecinos por el pago de una factura de luz tuvo un desenlace trágico, un hombre mató con un fierro a su ex suegro.
Distintas instituciones firmaron un acta compromiso en un acto celebrado en la Facultad de Derecho de la UBA