La precariedad laboral y las condiciones inhumanas a las que se ven sometidos los trabajadores de los talleres textiles clandestinos, no es nueva y la mayor parte de las veces pasa desapercibida por las autoridades salvo cuando se produce un hecho desgraciado que involucra la vida de las personas.

Ante esa circunstancia y debido a la gravedad de las denuncias que se reciben por la existencia de estos lugares, el Defensor del Pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor, y el subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio del GCBA, Ezequiel Jarvis, firmaron un convenio para actuar en forma conjunta e implementar políticas de control sobre este tipo de talleres que no respetan las condiciones de salubridad e higiene de los trabajadores.

El acuerdo insta a las partes firmantes a planificar, programar y desarrollar inspecciones en los establecimientos denunciados ante los dos organismos, como así también, a actuar de oficio frente a situaciones donde se evidencien violaciones de la normativa laboral vigente que deriven en trabajo forzoso y privación de la libertad.

Amor sostuvo que esta problemática “tiene varias caras: el aprovechamiento de la necesidad de las personas a quienes debemos ayudar para que se regularice su situación laboral, las condiciones de habitabilidad de estos locales y la utilización en la cadena de comercialización que naturalmente genera una competencia desleal con aquellos que sí cumplen con los requisitos establecidos en la ley”. Además dijo, “comparto la medida del blanqueo de todos los trabajadores a nivel nacional, creo que es fundamental, más allá de definir claramente la actitud de los que explotan a las personas, los que lucran sobre la necesidad de la gente, que en definitiva son delincuentes”.