Los carreros le habían arrancado los ojos para que no tuviera miedo al tránsito
A finales de 2017, un macabro caso de maltrato animal causó conmoción en la localidad de Lincoln, provincia de Buenos Aires. Una joven encontró a una potranca atada en un terreno baldío, sin agua ni comida, en un avanzado estado de desnutrición y como si esto no fuera suficiente, sin ojos, ya que se los habían arrancado.
Esta aberración, cometida por los carreros, es una de las más salvajes acciones que toman para que los caballos no le teman al tránsito.
Al tomar contacto con esta situación, decidió publicarlo en Facebook y rápidamente se viralizó.
La Justicia intervino, y la derivó al Centro de Recuperación Equina Nelquihue (CREN), en Bahía Blanca, para salvarla de la muerte, además de iniciar una causa penal.
Una vez allí, la potranca, a la que llamaron “Amparada”, recibió los cuidados adecuados que le permitieron salir adelante, y hoy tiene una vida mejor vida en el refugio.
Con el correr del tiempo, Amparada fue recuperando confianza con las personas, ya que después de todo lo que padeció por parte del ser humano, la hacía alejarse y ponerse a la defensiva.
El dueño fue citado por la Justicia, y se desentendió de la situación del animal.
Según fuentes judiciales, se indicó que este sujeto finalmente fue condenado a 1 año y 8 meses de prisión, por este y otros hechos.