Tanto el responsable de la agresión como el dueño del local, que también quedó imputado, deberán presentarse en la Unidad Fiscal a cargo de la investigación.
En abril de ese año personal del gobierno municipal había colocado en la vía pública cebos envenenados que provocaron la muerte de unos 211 animales.
Permanecían hacinados en jaulas, algunos con graves problemas de salud, como cáncer, colecta uterina y neoplasia en piel, entre otros.
Los vecinos denunciaron que el animal vagaba hace semanas en malas condiciones higiénicas y ambientales.
La policía de Avellaneda detuvo al conductor del carro que era tirado por un caballo, el que fue puesto de inmediato al cuidado de la ONG Cinco Corazones, Rescate Equino.
Los animales se encontraban hacinados, sin control veterinario y en malas condiciones higiénicas y ambientales. Diez de ellos eran cachorros en un estado de vulnerabilidad total.
En el procedimiento de recupero de la cachorra de raza mestiza intervino la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental.
La Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental había ordenado la detención del responsable de tener a los animales en pésimas condiciones higiénico-sanitarias.
El procedimiento lo llevó a cabo la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental e incluyó el secuestro de 48 aves y el labrado de actas por ejercer ilegítimamente la actividad.
Fue luego de un allanamiento realizado en una vivienda del barrio porteño de Liniers. El responsable fue imputado por actos de crueldad animal.
Se encontraban en muy malas condiciones de higiene, mantenidos en espacios reducidos, sin luz natural ni ventilación y con alimento en mal estado.
El acusado circulaba por Ruta 65 con su automóvil arrastrando a la perra durante al menos 500 metros, situación que fue advertida por taxistas y que obligó al hombre a ingresarla al auto. Al día siguiente la encontraron abandonada en grave estado de salud.