El otro coronavirus para los Wichi
En un artículo publicado por la coordinadora de campaña de Greenpeace Argentina, Noemí Cruz, cuenta la triste realidad que envuelve a los Wichi y la última vez que estuvo con ellos en Misión Chaqueña durante una asamblea de Nueva Integridad, que es una organización que nuclea a 32 comunidades. En esa oportunidad ya había 11 niños muertos por desnutrición.
Asegura que continúa el genocidio para estos pueblos, de la mano de las cadenas de las topadoras que hacen desaparecer el monte, que en definitiva es el “almacén y la farmacia natural” de los Wichi.
Sostiene sin dudar que para ellos el coronavirus es la falta de agua, falta de alimentación, salud, no tener título de las tierras, los despojos.
La autora de la nota se pregunta: ¿Hasta cuándo seguiremos sin dar importancia a la muerte de nuestro entorno? ¿Hasta cuándo giraremos la mirada y haremos oídos sordos a los reclamos indígenas?
Recuerda al recientemente fallecido cacique de la comunidad Honat Léles, Valerio Cobos, quien pedía simplemente ser reconocidos y que les dieran tierras para poder sembrar verduras.
Cruz nos deja una reflexión acerca de su situación a la nuestra y de cómo cambió la vida para todos con este virus. Cuando se nos dice de permanecer en “casa” y salimos a comprar a un almacén cuando necesitamos víveres, agua, etc. ¿Qué ocurriría si saliéramos a la calle y no encontráramos nada para comer, o nos quedáramos sin agua o sin medicinas? Eso es en definitiva lo que les pasa a los Wichi y otros pueblos originarios.
Este artículo firmado por la coordinadora de Greenpeace nos debe llevar a pensar qué hacemos por nuestros hermanos, que mueren por la propia mano del hombre y no por una enfermedad. Que porque viven a miles de kilómetros de distancia pareciera que no sucede en la Argentina. Pero está pasando y no hacemos nada para cambiarlo.
Fuente/foto: Greenpeace Argentina