La Fantasía de tener un magistrado laboralista en la Corte
"Para comenzar esta nota, cabe aclarar que la misma se sienta sobre la base de "obviar" el paso del ministro Dr. Guillermo Lopez (1994-2003) que a mi criterio personal no es ponderable en cuanto al contexto, protagonismo y la incidencia necesaria que la Corte necesita para verdaderamente instar criterios inspiradores en materia laboral, que ayuden a fortalecer el derecho del trabajo del futuro"
En los últimos tiempos en la República Argentina través de declaraciones del propio Presidente de la Nación Alberto Fernández, se ha instalado el tema de una potencial reforma al Poder Judicial.
En palabras propias del Presidente de la Nación se refería del proyecto de reforma de la siguiente manera en una entrevista en el canal de televisión C5n:
“Trata de ordenar el sistema y terminar con los espacios cerrados que le permitían a muy pocas personas manejar un poder enorme. El poder se disipa cuando muchos lo manejan y todo está pensado en la reforma procesal que está pendiente”
No sería la primera vez que en los planes del poder ejecutivo se encontraría esta posibilidad.
El último antecedente de reforma judicial data del año 2013 bajo la presidencia de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta de la Nación.
Entre las cuestiones que se desarrollaron en los últimos tiempos a lo largo de este tema se planteó la posibilidad de reformar la Corte Suprema Nacional de Justicia que es el máximo órgano de autoridad del Poder Judicial en la República Argentina.
Esta reforma tuvo entre otros oradores que emitieron su opinión de forma pública al ex miembro de la Corte Suprema, Raúl Eugenio Zaffaroni quién propuso como alternativa, la creación de distintas comisiones o cámaras de la Corte separadas por cada especialidad en general.
“Cuando yo estuve –continuó– éramos siete miembros y ahora son cinco. Hoy tiene 14 mil firmas por año y casi todas son recursos de inconstitucionalidad por arbitrariedad de sentencia. Por eso necesitaríamos tener una Corte de 15 jueces, dividida en cinco salas especializadas, que se ocupen de resolver esos casos de recursos por arbitrariedad de sentencia”, expresó el ex magistrado.
Independientemente en la manera que se lleve a cabo la reforma a la Corte si esta aconteciere es dable traer el tema de la presente nota como oportunidad.
Quiero destacar dos cuestiones elementales.
La primera cuestión tiene que ver con el análisis histórico de fondo y con una extrapolación de la realidad en base a hechos concretos.
El aumento de la cantidad de miembros de la Corte no es proporcional a su productividad.
Esto tiene que ver con la posibilidad de aumentar la cantidad de miembros en la Corte con la esperanza de que el funcionamiento de la misma sea más acorde a las necesidades que la sociedad tiene, es decir de alguna manera intentar aumentar la cantidad de miembros en la Corte, como si esto tuviera correlato en la realidad con la mayor productividad del órgano en el marco de los fallos que este máximo Tribunal expide.
Quiero reiterar que ha quedado cabalmente demostrado en las experiencias pasadas que el aumento de magistrados en el ámbito de la Corte Suprema, no ha ido proporcionalmente a correlato de su aumento de productividad.
Por lo cual instar una modificación en ese orden a mi criterio responde más a fines políticos que a la verdadera tutela de los derechos constitucionales que el máximo Tribunal debe bregar por hacer valer y proteger.
La importancia de la CS.J.N.
Nuestra Corte Suprema es la última ratio, es decir que es el último eslabón de la amplia cadena de jurisdicción que define el Derecho en los casos en particulares, es decir que establece los parámetros y reglas que los demás tribunales inferiores deberían de alguna manera aplicar a fin de poder socavar el Derecho de los distintos justificables y la justa defensa de los demandados.
La fantasía de un magistrado laboralista, ¿Por qué no?
Lo segundo que voy a manifestar en esta nota tiene que ver más con una cuestión bien disruptiva y esto es básicamente que es dable plantear el siguiente interrogante:
¿Por qué la Corte Suprema nunca albergó entre los miembros integrantes un abogado Laboralista?
En la República Argentina el fuero del Trabajo es uno de los fueros con más causas que se trabajan en el marco de un año judicial.
Es uno de los fueros que más “atascos” tiene a nivel cantidad de causas y litigiosidad, también es uno de los fueros que marcó tendencia en la auto composición de conflictos a través de sistemas extra judiciales desempeñados a lo largo y ancho de todo el país, esto es por ejemplo el Servicio de Conciliación Obligatoria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Ministerio del Trabajo en muchas otras jurisdicciones del país.
El derecho del trabajo es uno de los derechos que ha tenido mayor incumbencia en materia de generar no solo interpretaciones del máximo Tribunal sino además la necesidad imperiosa y constante de actualizar las nuevas normas que regulen las relaciones de trabajo.
Sin ir más lejos recientemente la Cámara de Diputados de la Nación ha dictado media sanción a un proyecto de ley para incorporar a la Ley de Contrato de Trabajo como una nueva modalidad el teletrabajo.
Con todas estas cuestiones lo que quiero manifestar es que básicamente el Derecho del Trabajo requiere de un trabajo sistemático orgánico y específico que no encuentra razón por la cual en el máximo tribunal nunca tuvo en cuenta la posibilidad de participación de un magistrado dedicado a representar exclusivamente la voz de esa especialidad.
Es dable mencionar que en la República Argentina contamos con referentes, más que prestigiosos para ocupar un cargo en la Corte.
Un candidato de estirpe.
Cito solo para el caso de ejemplo al Dr. Mario Eduardo Ackerman que bien podría ocupar esa posición siendo que el mismo representante de la República Argentina en la OIT.
La OIT es la Organización Internacional del Trabajo que es el organismo internacional más importante del mundo.
Sin embargo, en la República Argentina la Corte Suprema nunca ha tenido desde su existencia un representante que porte la voz y representación del Derecho del Trabajo en su gestión.
¿Va a cambiar algo que exista un magistrado Abogado Laboralista en la Corte Suprema?
No necesariamente, pero si sería una buena señal a efectos de lo que viene.
Entender los nuevos tiempos.
Cuando me refiero a lo viene, estoy hablando de un futuro en el cual las relaciones laborales que están muy implementadas en reglamentaciones del siglo XX, se instale un sistema nuevo que sea propio del siglo XXI.
Un Siglo XXI que trajo hitos que modificaron el funcionamiento de la humanidad tales como: La globalización, la mejora de las (TICs) tecnologías de la información y la comunicación, la incorporación de los nativos digitales, la inclusión laboral genuina de los millenials (que serán los futuros CEOS de las compañías de todo el país y el mundo).
Todo esto no hace más que dar claras muestras de que de alguna manera, que en la Argentina como en el mundo se pasó de formar parte de una generación analógica a una generación tendiente a constituirse en 100% digital.
Este cambio no se ha materializado en el concreto de la materialización normativa.
Mucho tiene que ver que la Corte nunca haya tenido un especialista en materia del derecho del trabajo.
Se entiende que la Corte Suprema Nacional de Justicia es el órgano que se encarga de la gestión estratégica de cada fuero, ante las distintas situaciones que afectan a los mismos en su realidad.
En materia de trabajo se pueda trabajar de manera preventiva, en razón de ello y teniendo en cuenta que los tribunales y juzgados laborales de todo el país tendrán nuevas incumbencias en materia de nuevos derechos que se van desarrollando por las razones que acabo de escribir.
Esto sería de un gran provechoso para el fuero, superlativamente auspicioso, que un magistrado Laboralista que conozca la realidad del fuero, se incorpore al máximo tribunal.
¿Será la reforma al poder judicial la oportunidad de que este hecho histórico acontezca en la República Argentina?
Es contra factico afirmarlo, pero es una posibilidad latente que debemos mantener esperanza en que pueda acontecer.
Por Sergio Rodriguez