Se debe poner freno a la violencia sobre los docentes

Sociedad 25 de mayo de 2017 Por Luis A. Herrera
Legisladores y jueces deberán actuar con rigor frente a una tendencia que crece
No a la Violencia
No a la violencia

La violencia está instalada en todos los estratos sociales.

Nos horrorizamos cuando vemos imágenes como las de una docente que es increpada y cacheteada por una madre. U otra que es golpeada por un alumno que la deja ciega de un ojo y le compromete 4 vertebras.

Pero que hacemos al respecto?

Porque las noticias pasan, y en unos días dejarán su lugar a otras que ocuparán las primeras planas.

Una de las ventajas de las redes sociales es precisamente la de masificar la difusión de noticias. En pocas horas un hecho como este se instala en la sociedad y ahí comienza la presión mediática sobre los dirigentes.

La presión social es tal, que legisladores y jueces se ven de alguna manera obligados a actuar para mostrar que algo están haciendo o por lo menos que lo intentan.

El último de los incidentes ocurrido en la escuela primaria 46 de Tigre, que fuera grabado y subido a internet por otra maestra presente en la sala, se convirtió en el primero de los casos que llega una instancia judicial a partir de la reforma al Código Contravencional de la provincia de Buenos Aires, impulsado por la gobernadora María Eugenia Vidal.

La norma en su artículo 74 bis, dispone que se sancione a quienes provoquen “hostigamiento, maltrato, menosprecio, perturbación emocional e intelectual, insultos y actos de violencia física contra todos los trabajadores de la educación”.

En los casos en que se compruebe la agresión, los culpables podrían recibir  penas que van desde el arresto hasta  multas que pueden alcanzar los 15 mil pesos.

La provincia ha avanzado por el camino correcto aunque aún falta mucho camino por recorrer. En ese sentido debería ir el Congreso Nacional para sancionar una norma que sea extensiva en todo el territorio argentino.

Se debe dar un mensaje inequívoco que se va a proceder  con el máximo de rigor ante situaciones como estas.

Pero además autoridades escolares, maestros, padres y alumnos deberían participar de programas especialmente pensados para erradicar todo tipo de violencia no solo en las escuelas sino en las propias familiar.

La violencia hacia los educadores es solo reflejo de lo que ocurre dentro del seno famliar. Y mientras no se tome en serio el problema, nada cambiará.

Te puede interesar

Boletín de noticias