Ah mi Dios, si algun mortal se cree inmune a la belleza, yo le digo....no mienta.
No hay inmunidad a dos cosas la belleza de la mujer y de los autos...de lo primero hoy prefiero no hablar, el tiempo es tirano.
De los autos.. habrá quien disienta.
De Porsche..seguro que no.
No puede ser muy personal esta nota, ya que solo me considero testigo y como tal voy a limitar mis palabras a lo que vi.
Mediados de semana, de esta, del frio Junio de 2018 en Buenos Aires, con el equipo completo de filmación de Steel Road, nos enfrentamos cara a cara, a dos de estos germanos de Stuttgart , el primero y el ultimo, un Porsche 356 en chassis y motor y su ultimo heredero un Porsche 911 Turbo.
No voy a dar caracteristicas que son comunes a una busqueda en cualquier pagina de internet.
Solo voy a hacer incapíe en las expresiones de los rostros de los jovenes integrantes del equipo de filmación, pasantes en sus practicas profesionales en Steel Road, de ambos sexos, deslumbrados con la belleza musculosa del 911 Turbo y la simpleza esqueletica del chassis y motor del 356.
Equipo mixto de hombres y mujeres con expresiones propias de la juventud para con un auto no visto muy a menudo, más propias de chicos con su primer juguete.
Merito este de Ferry Porsche en 1948, que aún hoy sigue provocando lo mismo que cuando presentó sus modelos Sport a partir de 1948 con el mitico 356 y sus sucesores como el 550 y aquellos que luego darían renombre a la marca.
Si bien es cierto, Porsche venía de antes de 1931, la posta posta de los deportivos nace despues de la segunda guerra mundial.
Como todo lo que nace y o se vuelve lindo, el Porsche , sigue provocando en aquellos que se cruzan con él , esa carita de asombro y sana envidia, esa de querer algun dia distrutarlo o tenerlo, el que puede bien..y sino bienvenido sea hay en escala 1/43 y 1/18 que ocupan menos espacio en la cochera.
Volviendo a Steel Road, y la nota, ya la verán en imágenes seguramente. Lo que no verán será el detrás de cámara con los comentarios propios de aquellos que piropean lo lindo,  porque y ahi estamos todos de acuerdo , a soplar las velitas, que 70 años no es nada y estan tan lindos hoy como ayer.

Mario Hector Peña Alvarado