A partir de una denuncia realizada en la línea 145, el 14 de febrero pasado, se dio inicio a una investigación en la que intervino la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), a cargo de Marcelo Colombo y Alejandra Mángano.

Una vez identificados los imputados, el lugar de explotación y los damnificados, la procuraduría derivó la denuncia a la Fiscalía Federal de Primera Instancia de Roque Sáenz Peña, a cargo de Carlos Enrique Sanserri, sugiriendo un allanamiento de manera urgente.

El hecho tenía lugar en un campo ubicado en la ciudad de Colonia Tacuruzal, partido de Maipú, provincia de Chaco. Allí, se rescató a una familia conformada por un matrimonio, dos hijos -uno de ellos menor de edad- y una nieta.

El dueño del campo resultó detenido y se lo investiga en calidad de autor del delito de trata de personas con fines de explotación laboral, respecto a la pareja, y por reducción a la servidumbre en relación a la hija del matrimonio, de 20 años de edad. Las víctimas quedaron a resguardo del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Cabe destacar que los imputados tenían un control total sobre la familia, quienes no tenían ningún tipo de libertad, estaban indocumentadas y con problemas de salud, lo que da cuenta de una clara situación de vulnerabilidad.

Cada uno tenía asignada una función, el padre de la familia era obligado a trabajar desmontando y destroncando árboles en el campo, y al cuidado y alimentación de los animales. Por su parte, su mujer realizaba tareas de limpieza. Todo ello a cambio de 200 pesos mensuales y una bolsa de harina, por lo que se veían obligados a alimentarse de la caza.

La hija del matrimonio era obligada a realizar tareas domésticas dentro de la casa particular de los patrones, quienes además la amenazaban con quitarle a su niña.

También se denunció que dueño del campo y su mujer se habrían apropiado del hijo menor del matrimonio, de tres años de edad.

Durante una entrevista con las víctimas, declararon que los imputados explotaban laboralmente a la pareja de padres sometiéndolos a largas jornadas de trabajo, sin descansos, en una habitación sumamente precaria, encerrados, hacinados y aislados, sin que puedan mantener ningún vínculo con las personas del lugar.

La hija del matrimonio se encontraba exclusivamente a disposición del denunciado, obligada a tener relaciones sexuales con él, sin libertad de poner movilizarse sola, encerrada en el inmueble donde vivía y obligada a estar siempre a su lado. En caso de que el hombre se retirara del lugar debía acompañarlo.

Fuente: Fiscales.gob.ar